La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) acaba de actualizar su Lista Roja, la clasificación de las especies mundiales en función de su grado de amenaza. Entre las novedades hay buenas noticias, como la mejora del lince ibérico, que ha pasado de estar “en peligro crítico” a “en peligro”, gracias a los buenos resultados de los programas para su conservación.
En la nueva Lista Roja se incluyen 77.340 especies, de las cuales 22.784 están amenazadas en mayor o menor grado. El riesgo para las poblaciones afectadas tiene que ver, principalmente, con la pérdida y degradación de su hábitat, como le ocurre al 85% de las especies incluidas en la clasificación. El comercio ilegal y las especies invasoras son otros factores relevantes en el declive poblacional.
La gran noticia de esta actualización es la situación del lince ibérico (Lynx pardinus), que ha mejorado los datos de población tras más de seis décadas a la baja. En 2002, esta especie endémica de la Península Ibérica contaba con tan solo 52 individuos maduros. Diez años después, en 2012, los ejemplares en edad de reproducción son 156, por lo que se han multiplicado por tres en solo una década.
Gracias a esta mejora poblacional, el lince ibérico está ahora catalogado como “en peligro”, una categoría menos de la que poseía hasta ahora. Este logro se ha conseguido con un metódico plan de conservación, que ha incluido la restauración de las poblaciones de conejos, su principal presa, en sus hábitats.
Otras medidas llevadas a cabo han sido el monitoreo del trampeo ilegal para controlar la caza furtiva, los programas de cría en cautividad, con individuos que, una vez llegados a la edad adulta, han sido reintroducidos y han logrado procrear en la naturaleza, y un sistema de compensación para los propietarios de tierras, con el objetivo de conservar el hábitat del lince y unir los intereses de las comunidades locales con los propios de conservación del animal.
Actualmente, el lince ibérico se encuentra en el extremo suroeste de la Península Ibérica, que se corresponde con las regiones de Andalucía y Extremadura, en España (aunque ha sido avistado en otras autonomías como Castilla-La Mancha, fruto de su movilidad, un signo positivo de la buena marcha poblacional de la especie) y el sureste de Portugal.
Otra especie destacada en la nueva versión de la Lista Roja es el lobo fino de Guadalupe (Arctocephalus townsendi), que se creyó extinto dos veces en el pasado (a finales del siglo XIX y en la década de 1920) y ahora ha pasado a ser una especie de preocupación menor. Su población ha crecido de unos 500 individuos en 1950 a más de 20.000 en 2010, aunque aún lejos de los cerca de 200.000 ejemplares que vivían en las islas del sur de California, antes de empezar a ser explotados por la calidad de su piel.
Sin embargo, no todo son buenas noticias. El gato dorado africano (Caracal aurata) ha pasado a ser una especie vulnerable, mientras que el león marino de Nueva Zelanda (Phocarctos hookeri) ya está en peligro de extinción. Tampoco está en buena situación el Rey de la Selva. Algunas poblaciones de león (Panthera leo) están en peligro crítico y la especie está catalogada como vulnerable a nivel mundial.
La característica común de la mayoría de las especies amenazadas es la destrucción de sus hábitats y algún episodio de caza descontrolada en un pasado más o menos reciente, del que no se han llegado a recuperar nunca. En el lado opuesto, las especies que han mejorado suelen tener programas de conservación y un estricto control cinegético. Por lo tanto, está bastante claro lo que se debe hacer y lo que no y cuál es el camino para la supervivencia de las especies amenazadas.
La entrada El lince ibérico deja de estar en peligro crítico aparece primero en Conciencia Eco - Revista digital sobre cultura ecológica.